Durante mucho tiempo, el uso de collares con placa o cascabel en gatos fue una práctica común. Servían para identificarlos fácilmente o para evitar que se perdieran. Sin embargo, cada vez más veterinarios y especialistas en comportamiento felino desaconsejan su uso debido a los riesgos físicos y emocionales que implican para el animal.

¿Por qué los collares pueden ser peligrosos para los gatos?

Aunque parezcan inofensivos, los collares pueden representar un riesgo importante para la seguridad y el bienestar de tu gato. Uno de los peligros más frecuentes es que el gato se enganche con ramas, muebles o con cables, lo cual puede causarle estrangulamiento, lesiones graves o, en casos extremos, la muerte. Incluso los collares con mecanismo de liberación automática no garantizan una protección total frente a estos accidentes.

Además, el constante roce del collar con la piel del gato puede provocar rozaduras, irritaciones e infecciones, sobre todo si el material no es adecuado o el ajuste es incorrecto. Desde el punto de vista emocional, llevar un objeto ajustado al cuello puede generar estrés, incomodidad o ansiedad, especialmente en gatos que no están acostumbrados a ello. Algunos demuestran su molestia mediante comportamientos como el acicalamiento excesivo, cambios de humor o rechazo al contacto físico.

Muchos collares incluyen un pequeño cascabel con la intención de advertir a otras especies de la presencia del gato. Aunque esta medida puede parecer útil, lo cierto es que el oído del gato es extremadamente sensible, y el sonido constante del cascabel puede resultar molesto, estresante e incluso afectar su comportamiento.

¿Qué opciones son más seguras para mi gato?

La alternativa más recomendada por veterinarios es el uso del microchip. Este pequeño dispositivo se coloca bajo la piel del gato, contiene su información de identificación y puede ser leído fácilmente por cualquier veterinario. A diferencia de un collar, el microchip no se pierde, no molesta al animal y es una herramienta eficaz para reencontrarlo en caso de extravío.

También puedes considerar otras opciones como:

  • Supervisión en exteriores: Si tu gato sale al patio o jardín, vigílalo de cerca y mantén el entorno controlado.
  • Ambiente seguro en casa: Asegúrate de que tu hogar esté bien cerrado para evitar que tu gato escape o se exponga a peligros.
  • Registro en plataformas de mascotas: Además del microchip, puedes registrar a tu gato en bases de datos digitales como el RUAC. en la CDMX para facilitar su localización si se pierde.

En Petlife.mx, creemos que el cuidado responsable comienza con decisiones informadas. Consulta con tu veterinario de confianza y elige siempre lo mejor para tu michi.

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