La sarna, una de las formas más agresivas en felinos, puede extenderse rápidamente por todo el cuerpo si no se trata a tiempo. Su apariencia es bastante evidente, comunmente esta enfermedad aparece en los perros, sin embargo los michis también pueden llegar a presentarla y es importante detectara. 

Si se detecta la sarna en etapas tempranas no solo mejora las probabilidades de recuperación del gato, sino que también ayuda a evitar el contagio a otros animales del hogar. Además, el tratamiento temprano reduce el sufrimiento del animal, evitando que las lesiones empeoren y afecten su calidad de vida.

Recuerda que si detectas algún cambio en la salud de tu michi, debes acudir de inmediato con un médico veterinario. Este, te ayudará a detectar cualquiern enfermedad que tenga tu mascota y así, podrán encontrar un tratamiento adecuado para tu mascota. 

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¿Qué es la sarna?

La sarna es una enfermedad cutánea provocada por ácaros microscópicos que se alojan en la piel del gato, causando irritación, picazón intensa y lesiones visibles. Existen varios tipos de, pero las más comunes en gatos son la notoédrica (específica de los felinos) y la demodécica. Es una afección contagiosa, tanto para otros animales como, en algunos casos, para los humanos, por lo que requiere atención veterinaria inmediata.

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Este padecimiento suele aparecer con más frecuencia en gatos callejeros, en condiciones de hacinamiento o con sistemas inmunológicos debilitados. Sin embargo, cualquier gato puede contraerla si entra en contacto con un animal infectado o superficies contaminadas. 

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Síntomas de sarna en gatos

Un gato con sarna presenta una serie de signos muy visibles. Lo más característico es la pérdida de pelo en zonas específicas del cuerpo, como orejas, cuello, cara y patas. Estas áreas suelen estar enrojecidas, inflamadas y cubiertas de costras o escamas gruesas. En etapas avanzadas, la piel puede agrietarse y sangrar por la constante irritación.

  • Además de las lesiones cutáneas, los gatos con sarna suelen mostrar un comportamiento inquieto debido al intenso picor.
  • Se rascan con frecuencia, se muerden o frotan contra superficies para aliviar la comezón, lo que puede empeorar las heridas.
  • En algunos casos, también se pueden observar cambios en el estado de ánimo del gato: se muestra más irritable, retraído o con pérdida de apetito.
  • Otro síntoma relevante es el mal olor. Las lesiones en la piel provocadas por la sarna pueden generar secreciones o infecciones bacterianas que desprenden un olor fuerte y desagradable.

Esto, sumado al deterioro físico del gato, hace que su aspecto sea fácilmente reconocible como el de un animal enfermo.

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Si notas cualquiera de estos signos en tu gato, es fundamental acudir al veterinario. El diagnóstico se confirma mediante raspados de piel que se examinan al microscopio. A partir de ahí, el especialista determinará el tipo de sarna y recetará un tratamiento que puede incluir medicamentos tópicos, baños especiales, inyecciones o comprimidos antiparasitarios.

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