Un perro puede presentar problemas en su salud que, de no atenderse, pueden causar una inflamación en la oreja conocida como otohematoma, que puede estar acompañada de dolor y comezón. Si notas enrojecimiento en la oreja de tu mascota, conoce las posibles causas y cómo puedes ayudarlo.
La enfermedad que afecta la oreja de tu mascota es también conocida como hematoma auricular, un problema común en los perros caracterizado por la acumulación de sangre entre la piel y el cartílago de la oreja que puede generar una hinchazón visible en forma de bolsa o globo. Si la notas, evita tocarla, ya que puede ser dolorosa para el canino y en ocasiones afectar a ambas.
La hinchazón en su oreja se puede prevenir al detectar y tratar algunos problemas como una infección en el oído, conocer y manejar sus alergias, desparasitarlo, brindarle un lugar sin estrés y protegerlo de un traumatismo. Si tienes alguna duda, consulta con un veterinario la mejor manera de ayudar a tu mascota y las indicaciones para la raza.
La razón por la que mi perro tiene la oreja inflamada
Los especialistas señalan que una de las principales causas por la que un perro presenta un otohematoma es por las constantes sacudidas de su cabeza, lo que puede llegar a generar una lesión o un trauma en una o ambas orejas. Da pie a la acumulación de sangre y la posterior inflamación del oído que muchas veces está acompañada de picazón.

Se apunta a que un canino puede sacudir la cabeza en exceso debido a infecciones en el oído, alergias, la presencia de parásitos, dolor, estrés y tumores. En algunas ocasiones este movimiento se presenta por traumatismos externos como rascarse, golpes o mordeduras. Algunos estudios han comprobado que ciertas razas tienen una mayor propensión al problema en la oreja, como el cocker spaniel, labrador retriever, basset hound y shar pei.
El principal indicador de un otohematoma es una visible hinchazón en la oreja que puede sentirse firme o blando al tacto. Otros de los síntomas que lo acompañan son dolor, calor, enrojecimiento, sacudidas de cabeza y un rascado constante del perro por las molestias. Si notas cualquiera de estas complicaciones, no dudes en llevar a tu mascota a un veterinario para el diagnóstico y su respectivo tratamiento.
¿Cómo cuidar a una mascota?
Primero, el especialista realizará un examen físico en las orejas del canino, lo que puede incluir pruebas adicionales como análisis de sangre o radiografías para descartar un problema adyacente. El procedimiento habitual que se realiza en estos casos es drenar la sangre del pabellón auricular y en algunos más extremos puede requerir una intervención quirúrgica.

Posterior a drenar la sangre, el objetivo es que prevenga su recurrencia. Para ello, el veterinario sutura la herida y colocará un vendaje para comprimir la zona y ayudar a que la sangre se reabsorba. En algunos casos, puede colocar un tubo de drenaje temporal. Si lo consideran necesario, recetará antibióticos para una infección de oído adyacente y analgésicos para aliviar el dolor.
El otohematoma o la hinchazón de la oreja es un padecimiento común en los perros que no pone en peligro su salud, pero sí debe ser tratado por un veterinario para evitar que el pabellón ocular pueda encoger y convertirse en lo que se conoce como “oreja de coliflor”.